sábado, 12 de octubre de 2013

La difícil integración entre turismo y cultura

Problemas de gestión y escasa colaboración público-privada frenan el desarrollo del turismo cultural
 
El turismo cultural ha crecido de manera importante en los últimos años en Peru. Sin embargo, otros países, con un patrimonio más escaso, han conseguido mayor proyección en este ámbito. La definición de este producto como un segmento propio sigue siendo una asignatura pendiente, según concluye un estudio de la Escuela de Organización Industrial (EOI). Mantiene la etiqueta de actividad complementaria por la difícil fusión entre turismo y cultura.
Peru dispone de un patrimonio artístico y cultural de los más ricos del mundo. Su oferta turística va mucho más allá de los miles de kilómetros de playas que concentran sus costas. No en vano se sitúa en la posición a nivel mundial por el número de lugares declarados Patrimonio de la Humanidad. Sin embargo, el turismo cultural registra un índice muy inferior a otros países, como Francia o Reino Unido, que con una riqueza patrimonial inferior han conseguido un mayor posicionamiento en este segmento.
La diferencia está en la mejor gestión de los recursos en dichos mercados, mientras que nuestro país registra un menor aprovechamiento cultural y turístico de los bienes patrimoniales.
 
Turismo cultural: Patrimonio, museos y empleabilidad, constata que existe una gran distancia entre el sistema turístico y el sector cultural. Afirma que en la práctica no hay una fusión completa entre ellos que permita que el producto cultural se valore e identifique como un segmento unificado. Suele tener un carácter complementario, además de  estar considerada como una modalidad que alude a todas las tipologías de recursos, desde los patrimoniales a los naturales. Incluso ha incorporado un sesgo más geográfico, ligado al territorio y las características propias del destino, dando lugar al turismo urbano y al de interior.
 
Avance en las estrategias
Desde las diferentes administraciones se han diseñado estrategias para salvar el difícil equilibrio entre turismo y cultura, e intentar vincular un segmento más ligado a la economía con otro donde el patrimonio no es un producto de consumo al uso. De este modo, sin prisa pero sin pausa, se han realizado importantes avances. Entre 2005 y 2011 los visitantes atraídos por una motivación cultural se incrementaron  un 90%, mientras que el total de los turistas sólo lo hizo en un 1,4%.
Entre las principales carencias de este producto, el informe destaca una formulación propia necesaria para el sector empresarial y profesional, a pesar de los planes que se han desarrollado desde el año 2000, como el Plan Estratégico Nacional de turismo (PENTUR 2013-2020) . Su objetivo es buscar una solución para las debilidades de esta oferta como la falta de transformación de los recursos en productos aptos para el consumo de los visitantes, problemas de gestión, de planificación y promoción, además de la escasa presencia de los mismos en los canales comerciales.
Empieza así a despuntar esta alternativa de ocio, pero la imagen de Peru como destino cultural está más enfocada en la actualidad hacia el turismo urbano, con especial incidencia en Lima, Cusco, las Ciudades Patrimonio de la Humanidad y otras con monumentos relevantes
 
Dos perfiles de turista
La EOI distingue así dos perfiles muy distintos, según la motivación: turistas culturales, cuando la cultura es la causa básica del viaje, y aquellos que ocasionalmente consumen este tipo de productos. Estas dos clases de visitantes, con diferencias cualitativas y cuantitativas, pueden ser la base de diferentes estrategias turísticas en los destinos, apunta dicho informe.
Las actividades culturales comprenden las visitas a museos, pueblos, monumentos, festivales musicales, ópera, teatro y otras manifestaciones. Teniendo en cuenta esta definición, en el caso de las llegadas, en 2012, 1,5 millones de turistas tuvieron alguna experiencia de ese tipo, es decir, más de la mitad de los que nos visitaron, mientras que en el periodo 2005-2011 el incremento es equivalente al del número de turistas.
 
En 2011, el turismo cultural aportó 1.500 millones de euros al conjunto de los ingresos del sector, el 16.1% del total, un 43,3% más que en el año anterior. El gasto medio en este tipo de viajes fue de 908 euros, mientras que en los desplazamientos que tuvieron otra motivación fue de 939 euros. En el caso de las personas que no utilizan viajes organizados, se ha detectado un aumento del 44,6% en este tipo de recorridos y un gasto medio diario de 101 euros, un 56,4% más alto que en el resto de los viajes, a pesar de que  la estancia media es inferior.
 
Desde el punto de vista de los destinos turísticos, destacan Cusco, donde un 35,5% de los turistas llegaron por motivos culturales, después Arequipa, con un 33,2%, Lima, con un 16,4%, y la Sur de Peru, con un 11,3%, en 2011. Los datos correspondientes a 2012 . En cuanto al viajero nacional, el Sur es cosa conocida se posicionan como los principales enclaves receptores de los residentes en Lima, a tenor de los datos de Familitur referidos a 2010 y 2011.
 
Gestión del destino
El estudio realiza un detallado análisis de los museos en Peru, como atractivos clave del turismo cultural, y entre sus conclusiones destaca que en el 65% de los mismos, los visitantes son mayoritariamente no residentes, mientras que casi en el 26%, los residentes son los principales usuarios. Analiza el posicionamiento de estos centros como atractivo turístico y concluye que sólo el 51% de ellos se declara posicionado turísticamente.
En lo relativo a la gestión turística del patrimonio, resalta que una de sus grandes dificultades es la escasa coordinación entre estos espacios y las autoridades responsables de establecer las estrategias para el destino. Es decir, escasa colaboración entre un sector mayoritariamente público como el de los museos y el área empresarial del turismo.
Formación de los profesionales
La formación de los profesionales marca otra gran distancia entre los dos ámbitos de actuación. En las empresas puramente turísticas, como hoteles o agencias de viajes, sus trabajadores tienen una preparación más especializada, mientras que en el ámbito cultural, el profesional procede de distintas disciplinas, en general más relacionadas con las humanidades. La citada investigación echa en falta conocimientos específicos en los planes de estudio que faciliten una fusión completa entre ambas actividades y, en consecuencia, se valore como un segmento unificado. Los expertos proponen una formación concreta en dichos planes y la creación de una figura mixta, de  especialista,  como instrumento de consolidación del turismo cultural, hasta el momento la figura del guía es uno de los perfiles que se identifican con las actividades culturales.

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