“Más que problemas, yo los llamaría retos. Retos
que se deben superar para dinamizar la hotel
ería dentro del sector turismo. Lo
primero que se me ocurre es la seguridad, que es un tema elemental. Si bien el
Perú no está dentro de los destinos más riesgosos de la región, sí creo que hay
una oportunidad para mejorarla. Tanto en Lima como en provincias.
Cuando me refiero a seguridad, lo hago en una dimensión global. De modo
que cualquier turista que quiera visitar los atractivos de cada zona del país
pueda efectuar sus traslados bajo condiciones elevadas de seguridad. Es un
asunto muy delicado que influye decisivamente en la elección de un destino. Si
en este rubro tenemos una mejora importante, creo que va a ser mucho más fácil
promocionar al Perú en el exterior. Tengamos en cuenta que un buen porcentaje
de extranjeros que hacen turismo vienen de países que ostentan niveles de seguridad
altos, razón por la que ellos esperan encontrar algo similar aquí.
El segundo gran reto tiene que ver con que el turismo sea una política
de Estado. Si echamos un vistazo a los países que tomaron la decisión de
convertir a esta industria en uno de los pilares económicos y de mayor impacto
en el Producto Bruto Interno (PBI), veremos que ocurrió porque supieron
incorporar políticas de estado transversales. Siendo la hotelería un negocio
donde existe un uso intensivo de capitales, la cuestión es cómo se logra
estructurar ventajas tributarias e incentivos fiscales de tal manera que esas
inversiones se ejecuten en un tiempo más corto en las ciudades y contribuyan a
traer más turistas.
Un tercer desafío que también considero primordial es la creación de infraestructura.
El turismo y cualquier otra actividad comercial necesitan corredores viales,
autopistas, accesos hacia los puntos de atracción, puertos, aeropuertos y toda
clase de facilidades y vías de comunicación que permitan su desarrollo. Creo
que hay alternativas interesantes en las que se puede (y debe) invertir por la
sencilla razón de que van beneficiar a las regiones. La idea es ejecutarlas con
la mayor celeridad posible, porque las demoras, sin duda, van a retrasar el
crecimiento en las regiones.
Lo bueno es que el gobierno ya ha tomado la decisión a partir de medidas
que están bien diseñadas. Falta entonces que comience la etapa de ejecución”.
“La carencia de hoteles cuatro estrellas de cadena
en provincias es un gran problema para el sector. Salvo contadas excepciones,
como Cusco, Puno o Arequipa, no hay grandes nombres en otras regiones y la
oferta la componen emprendimientos de capitales locales y otros familiares. Creo
que si buscamos un adecuado desarrollo del turismo y la hotelería, requerimos
que se cristalicen proyectos fuera de Lima.
Ello solo será posible si el Estado otorgara incentivos tributarios al
inversionista y si se facilitan los trámites para la obtención de las
licencias. Además, en provincias también falta personal calificado. Lo ideal en
este caso sería que se implementen centros de capacitación hotelera al interior
del país y que algunas universidades presentes en las ciudades más importantes
incorporen la carrera de Hotelería a su abanico de especialidades. Necesitamos
gente más preparada.
Finalmente, un tercer punto que todavía estanca el crecimiento de la
hotelería en el Perú es la insuficiente infraestructura vial. Un obstáculo que
no permite el acceso a los rincones más alejados del país, por ejemplo, que son
sitios en donde podrían florecer cierto tipo de hospedajes y emprendimientos
que, a su vez, apalancarían el desarrollo de estos pueblos a todo nivel y en un
mediano-largo plazo.
De la mano con esto, hace falta una inversión en carreteras de calidad y
vías de comunicación, así como otra fuerte partida presupuestal para reforzar
la seguridad. Hay zonas del país en las que los viajes en buses
interprovinciales son la comidilla de ladrones y asaltantes, lo que nos deja
una imagen pésima. En materia de conectividad aérea también se precisan
mejoras”.